Lo bueno, si simple, dos veces bueno

Ayer estaba en el migitorio jugando con las bolitas de naftalina cual Ronaldinho y pensaba en que estaría genial que en las puertas de los baños individuales pongan un televisor para hacer más amena la faena defecatoria. Yo creo que se abrirían nuevos caminos para publicidad y comunicación.

La gente, en vez de escribir en la puerta cosas como «MARTA TE AMO HASTA CAGAR» cuando claramente Marta jamás leerá eso, podría ver su marca e incluso algunos programas de tv. Yo conozco gente que, cuando se sienta a despedir a sus amigos del interior, podría ver películas de tres horas.

Mientras peloteaba esa idea en mi cabeza me vibró mi celular como poseído. Era un mensaje de texto de mi gurú, el Lic. Lázaro Bartístico, quien me decía que llegaría tarde a nuestra cita. Para variar, abrí mi laptop súper cibernética y me puse a revisar los mails que tan gentilmente llegan a yo@max.com.ar

Entre ellos encontré dos publicidades que me parece, por lo simple, geniales y que comparto aquí: Sigue leyendo